Saber cuánto es suficiente o como no masturbar al muerto

by adrianelchore

…haz de cuenta que estas tratando de masturbar a un muerto – Rober, compa del jale

No hay nada peor para nuestra cultura ego-iConsumista que la palabra suficiente. La encomia subsiste a partir de el hecho que nunca sientas que tienes suficiente: carro mas nuevo, smartphone mas rápido, vacaciones mas exóticas, trabajo mas “cool”, sueldo mas alto, cuerpo mas bueno, ojos mas Ray Ban. Ese es nuestro motor. Estas insuficiencias son las que nos mueven y motivan para algún día llegar a ser las personas más desinteresadamente sexys de todo el Facebook.

Pero esto es normal. Todos necesitamos cosas para vivir básicamente bien: casa, comida, ropa, Netflix. El problema es que no sabemos cuánto de esto es lo que en realidad necesitamos o más bien hasta que punto. No sabemos cuánto es suficiente.

We need much less than we think we need – Maya Angelou

La verdad es que por lo general necesitamos (mucho) menos de lo creemos necesitar. Es solo que estamos demasiado metidos en el círculo vicioso del consumo de arreglos rápidos como para darnos cuenta que estamos masturbando al muerto.

Esta grafica lo explica mucho mejor :

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En resumen lo que quiere decir esta grafica es que el dinero SI te hace feliz, hasta cierto punto. Después de ese punto, tienes que gastar un poquito más para volver a sentir la misma satisfacción que antes y luego un poquito más y así y así.

Es como con las vacaciones: cada vez tienen que ser en lugares más lejanos, o más remotos, o mas ecoturistas, o más Europa. Uno de los mejores recuerdos que tengo de toda mi vida es de unas vacaciones hace como unos 25 años que mi papa nos llevo a toda la familia a la playa de Galveston, Texas. Así es. Galveston pinches Texas.

Y por volver a sentir eso, estamos dispuestos a pagar lo que sea.

La verdad es que saber cuánto es suficiente es imposible. Suficiente es como un unicornio de tres pezones trepado en el cometa Halley de imposible. Pero esto no quiere decir que nos la vamos a pasar masturbando muertos para siempre. Para encontrar un equilibrio hay una herramienta uber chingona que solo los humanos tenemos: la empatía.

If you want others to be happy, practice compassion. If you want to be happy, practice compassion – Dalai Lama

La empatía es la habilidad humana tremendamente compleja de ponernos en el lugar de alguien más y de actuar acorde. Es una manera de salirnos del circulo vicioso ese que mencioné antes para tratar de entender el funcionamiento de otra persona. Es un ejercicio muy liberante y que ha sido científicamente comprobado como extremadamente saludable para nuestros cerebros y nuestra salud en general.

El dejar de estar pensando en nosotros todo el tiempo implica de manera implícita irle dando en su madre a nuestro ego gordo y chiflado y todo pegajoso de tanta nieve de chocolate que damos todo el día. Y esta disminución libera espacio y recursos mentales que nos permiten ser menos reactivos a nuestros caprichos y más abiertos y receptivos a las cosas como son. Sin la necesidad de quererlas estar cambiando todo el tiempo a 9 o 12 meses sin intereses.

Por otra parte, de la empatía se ramifican otras virtudes bien chingonas como la compasión, la gratitud y la humildad que según otros estudios son muy chingonas para ser personas felices o realizadas. Usando esta herramienta, la curva masturbatoria que les enseñe hace rato se vería así:

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Entonces, la realidad es que no necesitamos tanto de todo. Solo necesitamos ser poquito menos egoístas para darle sentido a la paradoja que darnos menos nos va a terminar dejando más: yo de neta creo que me hacía más feliz un disco quemado con 15 canciones que mis 15 playlists de 200 canciones en Spotify. Es paradójico pero cierto.

Y si lo que busco es revivir la plenitud que sintió un niño de ocho años en Galveston con su familia, no creo que la vaya a encontrar en Islandia viendo auroras boreales. La voy a encontrar una noche de verano en el jardín de mi casa, en una tienda de campaña, en unos 7 años.